Cuando se sabía poco del tema, era importante conocer todos las
manifestaciones posibles, para poder sospechar el abuso y trabajarlo. Ahora las personas ya llegan comentando que tuvieron
la experiencia del abuso y que quieren ayuda para salir adelante.
Es importante comprender que las manifestaciones y comportamientos
consecuentes al abuso sexual son intentos de las personas por sobrevivir y
protegerse, (Briere, 1996, Curtois 1988, Dolan 1991, Herman 1997) y otros, son
producto de las relación o las enseñanzas del ofensor, (Kamsler 1998). Verlo
así y comentarlos y reflexionarlos o deconstruirlos con la persona que nos
consulta, transmite esperanza y le da otro sentido.
Algunos de estos efectos son citados por los autores ya
mencionados, además de Bass y Davis 1992, Maltz 1999, Women´s Research Centre
1989: soledad, miedo, culpa, vergüenza, enojo desproporcionado a lo que viven
en el momento, confusión acerca de lo
que es real, porque a veces, el abuso sexual sucede de noche y la persona no
sabe si lo soñó, o si fue real. También
existe confusión acerca de los límites físicos, emocionales e intelectuales,
sobretodo si el abuso empezó cuando eran muy chicas, ya que todas sus fronteras
fueron violadas, sienten que no hay derecho decir no o que de nada sirve poner
limites porque no da resultado. Es frecuente que caigan en un comportamiento que
con frecuencia es llamado pasivo o de desesperanza o desvalidez debido a que
han aprendido que hagan lo que hagan no sirve de nada para detener al agresor,
sienten que no pueden influir en su propia vida, en lo que les sucede. Por eso
a veces en la terapia las sentimos pasivas y que no se defienden o que no saben
poner límites, entendiendo esto podremos trabajar mejor en vez de juzgarlas o
desesperarnos o etiquetarlas de rebeldes o resistentes.
En las adolescentes, es común que huyan de casa, con un novio y a
veces con cualquiera que se los ofrezca, corriendo más riesgos, cuando el abuso
lo realiza alguien que vive con ellas como hermano, padre, padrastro o abuelo. Generalmente son llevadas a terapia y son
etiquetadas de rebeldes (empiezan a tomar alcohol generalmente para olvidar) y
desobedientes, liberadas y hasta de precocidad sexual.
Es importante recordar que el abuso sexual es un abuso del poder, por lo tanto lo que acabo de mencionar puede manifestarse en personas que hayan vivido otro tipo de abuso de poder como en las mujeres que viven violencia por parte de su pareja. encontrar estas manifestaciones o identificarnos con ellas no es prueba irrefutable de abuso sexual. A veces las mujeres me dicen que se sienten así pero no recuerdan un abuso, yo les creo, y trabajamos lo que ellas quieran trabajar. No es conveniente forzar a recordar o dar por hecho que a fuerzas vivió un abuso. Yo le creo a la mujer lo que me dice, y trabajo lo que ella quiera trabajar. A veces más adelante me comentan un abuso sexual a veces no y de todas maneras salen adelante.
Otras manifestaciones son problemas sexuales, seguridad a cualquier precio, adicciones, problemas alimenticios, desorden por estrés post-traumático, comportamiento sexualizado,(sobre todo en adolescentes), comportamiento autodestructivo, y de cada uno de ellos escribiré más adelante y no solo de todas estas manifestaciones tan dolorosas sino también de lo que las mujeres hacen para salir adelante, que es mucho más alentadora y es parte también de su historia. Siempre hay dos historias, las de la experiencia traumática y la de lo que la mujer hizo para protegerse, sus intentos para defenderse y la conexión con sus valores y convicciones, y sobretodo lo que es valioso para ella y que el abuso no pudo destruir.
Es importante recordar que el abuso sexual es un abuso del poder, por lo tanto lo que acabo de mencionar puede manifestarse en personas que hayan vivido otro tipo de abuso de poder como en las mujeres que viven violencia por parte de su pareja. encontrar estas manifestaciones o identificarnos con ellas no es prueba irrefutable de abuso sexual. A veces las mujeres me dicen que se sienten así pero no recuerdan un abuso, yo les creo, y trabajamos lo que ellas quieran trabajar. No es conveniente forzar a recordar o dar por hecho que a fuerzas vivió un abuso. Yo le creo a la mujer lo que me dice, y trabajo lo que ella quiera trabajar. A veces más adelante me comentan un abuso sexual a veces no y de todas maneras salen adelante.
Otras manifestaciones son problemas sexuales, seguridad a cualquier precio, adicciones, problemas alimenticios, desorden por estrés post-traumático, comportamiento sexualizado,(sobre todo en adolescentes), comportamiento autodestructivo, y de cada uno de ellos escribiré más adelante y no solo de todas estas manifestaciones tan dolorosas sino también de lo que las mujeres hacen para salir adelante, que es mucho más alentadora y es parte también de su historia. Siempre hay dos historias, las de la experiencia traumática y la de lo que la mujer hizo para protegerse, sus intentos para defenderse y la conexión con sus valores y convicciones, y sobretodo lo que es valioso para ella y que el abuso no pudo destruir.
BASS E. & Davis L.: The courage to heal. Harper Perenial 1992. USA:
En español :El coraje de sanar, editorial Urano. Barcelona
BRIERE
J.: Therapy for adults molested as children. Springer Publishing Company
1996.USA
CURTOIS
C.: Healing the incest wound. Norton & Company 1988. USA
DOLAN
Y. Resolving sexual abuse: solution focused therapy and Ericksonian hypnosis
for adults survivors. Norton 1991 USA
HERMAN
J.: Trauma and Recovery, the aftermath of violence-from domestic violence to
political terror. Basic books 1997 USA
KAMSLER
A.: La formación de la imagen de si misma. Terapia con mujeres que sufrieron
abuso sexual durante la infancia. En Terapia del abuso sexual, Durrant M y
White ch. Compiladores, 1993 gredosa editorial
MALTZ
W.: The sexual healing journey: a guide for survivors of sexual abuse. Harper
Perenial 1991 USA
WOMEN´S
RESEARCH CENTRE: Recollecting our lives: women´s experience of childhood sexual
abuse. Press Gang Publishers 1989 USA