Gil y Cavanagh ( 1993) dicen que hay dos cosas que se pueden decirse de la sexualidad infantil con certeza: 1) La curiosidad sexual, el interés, la experimentación y el comportamiento es progresivo con el tiempo y 2) el comportamiento sexual está afectado por muchas variables. Ellas y
Ryan G y Lane S (1997) comentan que para diferenciar entre un juego y un abuso sexual hay que tomar en cuenta lo siguiente:
- Edad de las personas involucradas: en menores de 12 años, a diferencia de los adultos, el límite es menor, en
vez de 5 años son tres por la disparidad que hay en muchos aspectos de la
vida. En la edad adulta tres años no es mucha la diferencia pero entre
niños, seis y tres si lo es. Cuando
la disparidad en la edad es de tres o mayor, es importante investigar qué
está pasando. La edad no debe ser tomado como único criterio.
- Tamaño: un niño alto y “ponchado” puede imponerse ante uno delgadito. El que uno sea alto y robusto es importante porque puede intimidar al otro. O uno alto y delgado puede imponerse ante uno gordito. El tamaño puede influir en que un niño/a se aproveche de otro/a aunque tengan la misma edad.
- Status o jerarquía: cuando
se deja a un niño que cuide a otros, se le da estatus y jerarquía, mucho
más si es mayor y puede utilizar ese privilegio. O puede ser también que
un niño de 6 admire mucho a su hermano o primo de 11 y éste pudiera
aprovechar esa admiración y hacer un uso inadecuado de ella. Esto es muy
importante ya he comentado que el abuso sexual es un abuso del poder y en
estas circunstancias un niño puede ejercer su poder sobre otro.
- Tipo de actividad sexual: la actividad sexual que esté más allá de lo esperado para
la edad; no es lo
mismo jugar al doctor y poner una inyección que una exploración vaginal o
insertar cosas en el ano o la vagina. Cuando los niños muestran un
comportamiento sexual inusual hay que preguntarnos ¿están imitando algo que vieron o
vivieron? ¿ha sido expuesto prematuramente a información sexual? A veces los niños pueden ver pornografía
y de ahí pueden imitar conductas.
- Cómo se da el contacto: con presión, intimidando, forzando, amenazando, seduciendo a otros/as. En relación a las amenazas hay que entender la edad de los niños implicados. Pueden creer que es cierto que van a matar a su mamá, para otras, que su hermano les deje de hablar porque dicen puede ser muy importante.
- Qué tan persistente:
si un niño insiste
constantemente aunque el otro dice que no.
O si ya se le llamó la atención y explicado que no se hace, y
continua.
- Evidencias del progreso en la naturaleza o frecuencia de la actividad sexual: si se les ha encontrado desnudos y en otra ocasión uno arriba del otro, a pera de que ya se les haya llamado la atención.
- Secreto: muy importante si hay obligación a mantener el secreto de lo sucedido.
El juego sexual es una actividad espontánea, hay risas y alegría,
se “chivean”, hay niveles esporádicos de inhibición y desinhibición. El problema es cuando hay dominio, coerción,
amenaza, fuerza. Los niños se ven
agitados, ansiosos, temerosos, intensos. La amenaza no necesariamente puede ser verbal, se puede intimidar con el
tamaño, el estatus o la persistencia en el abuso sexual, o cuando no responde a
límites y/o distracciones.
Es importante que cuando encontremos a los niños en juegos
sexuales no regañarlos ni pegarles, mucho menos hacer referencia al juego como
sucio o malo, hay que guiarlos, enseñarlos que su cuerpo no es un juguete y que
si sienten curiosidad le pregunten a sus padres. Es una oportunidad para hablar de lo que pasa y que las madres, que son generalmente las que los cuidan, aprovechen para transmitir sus valores y convicciones respecto al sexo.
Gil y Jonson (1993) resumen de la siguiente manera:
- La
sexualidad normal es congruente con el desarrollo físico, emocional,
psicológico, cognitivo y moral de los niños y es progresivo con el tiempo.
- Es
importante tomar en cuenta todas las variables.
- Los
niños parecen tener experiencias
sexuales cada vez más pequeños, el juego sexual apropiado a la edad y el
experimentar entre iguales no es dañino ni traumático para los niños.
- El
comportamiento sexual que es excesivo y/o
compulsivo, desviado de la espontaneidad natural que contiene una
dinámica de amenaza, fuerza o coerción debe evaluarse muy bien porque esto
no sucede en el vacío, algo está pasando.
Muchos de los comportamientos sexuales problemáticos son el
resultado de:
- Exposición
a material sexual explícita dentro o fuera del hogar.
- El
niño ha sido involucrado prematuramente a la sexualidad por un niño mayor,
un adolescente o un adulto.
- Es
el resultado de falta de guía, límites y/o afecto de la familia.
Pongamos un ejemplo:
Una abuela descubre a su nieto de 8 años acostado arriba de su
hermana de 5, ambos desnudos. La abuela los había mandado a bañar y como no
estaban listos fue a ver qué pasaba. Al abrir la puerta del baño el niño salta
y le dice que no es lo que parece, que no estaban jugando a lo que parece.
Analicemos:
- Edad:
una diferencia de tres años
- Jerarquía:
es el hermano mayor
- Tamaño:
es más alto y fuerte que la hermana
- Tipo
de actividad sexual: ambos desnudos ante lo que parece simulando el acto
sexual
- Actitud
del niño al ser sorprendido
Probablemente las intenciones del niño no sea lastimar a la
hermana pero hay que averiguar qué está pasando; dónde vio ese comportamiento,
investigar si está expuesto a
pornografía, si alguien lo tocó de una
manera que no le guste.
Con la niña hay que explicarle más o menos lo mismo, aclarando que
no es responsable de ese comportamiento sino su hermano por ser mayor, que es
un comportamiento inadecuado por lo ya mencionado, que seguramente su hermano
no quería lastimarla. Que los genitales son partes hermosas de su cuerpo que
hay que cuidar. Investigar si fue obligada o presionada de algún modo. El que
ella haya aceptado no la hace responsable, porque no tiene todo el conocimiento
de lo que se va hacer y su hermano sí. Claro que se utiliza el estilo y
palabras apropiadas para la edad.
En otra ocasión, una señora me refería que de niña, cuando estaba
en cuarto o quinto de primaria, ella se dejaba que sus compañeros de salón le
tocaran los pechos y que llegaron a desnudarse y tocarse. Mientras me lo decía
estaba tranquila. Cuando me dijo que un conserje de la escuela y un vecino le
habían tocado también (no al mismo tiempo) me lo dijo llorando y con angustia.
Cuando le pregunto la diferencia, ella misma comentó que los niños eran de la
misma edad y eso hizo la diferencia, además de que cuando ya no quería se
terminaba el juego. Ella misma hizo la diferencia de lo que pasaba con sus
compañeros y lo del conserje y sus sentimientos eran distintos.
GIL E.
& Cavanagh Johonson T.: Sexualized children: Assessment and treatment of
sexualized children and children who molest. Launch press 1993 USA
RYAN
G. and Lane S. Editors: Juvenile Sexual
Offending: causes, consequences and correction. Jossey-Bas Publicher 1997, USA