domingo, 20 de julio de 2014

Influencias del Abuso Sexual en el Comportamiento


Con mucha frecuencia me he encontrado psiquiatras y/o terapeutas que me comentan que en las mujeres que los consultan en muchas de ellas está el antecedente del abuso sexual.  Me lo refieren así, como un “antecedente”, casi igual a “apendicectomía” o a “fractura de húmero a los 10 años” y no hay una relación entre este “antecedente” y lo que las mujeres viven, generalmente se hace un diagnóstico médico/psiquiátrico y se les da medicamentos.

Adams-Wescott (1993) refiere que una experiencia traumática rara vez permite que la persona sienta su agencia personal.  Las personas sujetas a esos eventos se perciben como controladas por una fuerza o una persona externa, llegando a pensar  que tienen poca habilidad para afectar sus circunstancias, lo que las lleva a descalificarse, y sentirse desvalidas e incompetentes.  Esto crea una manera de ver la vida que solo le permite notar la información que refuerce la visión que tiene de sí misma de desvalida, siendo ciega a los aspectos de su vida que contradicen esa historia.  Un ejemplo de esto es cuando, empezamos a trabajar lo que hicieron para defenderse o cuando pregunto qué es lo importante para ellas que el abuso no le ha quitado, a veces no entienden mi pregunta y no saben que decir.

Muchas veces, las niñas y los niños no manifiestan síntomas hasta que llegan a la
adolescencia, nos comenta Hindman (1999) porque a veces no tienen claro que les pasa, y por que escuchan todolo que se comenta en el contexto cultural que rodea a las jóvenes al ir creciendo.

 Una mujer de 30 años me contó que cuando abusó de ella su tío, su hermana llegó instantes después de que sucedió y por algún motivo algo sospechó que le preguntó “¿qué pasó, qué te hizo?” y ella recuerda que solo le decía “no sé, no se”.

Cuando la niña va creciendo escucha que las mujeres son “provocadoras”, que solo violan a las “voladas” o que las violan por como se visten y todo lo que envuelve la cultura en la que vive la mujer: Que deben ser puras; que no deben estar manoseadas”; que los hombres las quieren vírgenes y puras; que ellos quieren ser los primeros; y, que a las mujeres manoseadas nadie las quiere y/o son malas y voladas, con toda la connotación negativa que ya conocemos. Y los niños, que también son abusados por hombres, al crecer se preguntan “¿qué habrá de femenino en mí?”, “hombre con hombre igual a gay”.  O si sintió placer “¿seré homosexual?” y entonces vienen las manifestaciones que no hubo inmediatamente después del abuso  o aumentan al llegar a la adolescencia los que ya existían

Después de la experiencia de abuso y de pensar en el secreto y la culpa, la niña responde a los miembros de la familia y a otros, en maneras  que les lleva a considerar que está “loca” o que es “fatal” o que está “perturbada”, puede actuar sexualmente (a veces llegan a la consulta porque la madre o los maestros refieren que es “precoz sexualmente”) o tener cambios de humor, ser agresiva, y la familia responde con castigos o buscando ayuda profesional (Kamsler 1993). En mi experiencia es común que la primera consulta fue al psiquiatra y me llegan medicadas. El ofensor puede continuar con el abuso, sobretodo cuando es incestuoso, continua Kamsler (1993,1998) y todas estas situaciones sirven para reforzar   a) los patrones de comportamiento alrededor del secreto y b) las creencias que la niña va desarrollando de sí misma: “no soy buena”.

Destapar el abuso y que no le crean aumentará lo anterior,  si le creen y la apoyan, hay una interrupción de lo que estaba establecido, y hay más apertura en las relaciones de la madre con sus hijos, nos dice Kamsler (1993,1998).  A mi me impresiona el cambio que veo en las personas de cualquier edad, pero sobretodo en niños y niñas, cuando reflexionamos que no tienen la culpa de lo que pasó y que el ofensor es el único responsable. De hecho, el que la madre le crea, hace que la niña se sienta mucho mejor. Yo les digo a las madres que eso es el “95% de lo que se necesita para la recuperación”.

ADAMS-WESRCOTT J., Dafforn Thomas A., Stern P.: Escaping victim life stories and co-constructing personal agency. En therapeutic conversations edited by Stephen Gilligan and Reese Price.  W.W. Norton&Company 1993 USA.
HINDMAN J. Just before dawn. Alexandria Associates 1999. USA
KAMSLER A.: La formación de la imagen de si misma. Terapia con mujeres que sufrieron abuso sexual durante la infancia. En Terapia del abuso sexual, Durrant M y White ch. Compiladores, 1993 gredisa editorial
KAMSLER A.: Her-story in the making: Therapy with women who where sexually abused in childhood. En White C. & Denborough D.:Introducing Narrative Therapy: a collection of practice-based writings. Dulwich Center Publications 1998. Australia