Hoy compartiré lo que se define como borderline un diagnóstico muy usado en las mujeres y la relación con el abuso sexual.
Briere (1996) y Curtois (1988) citando al
DSM IV (Ahora van en el 6 y salió en 2023) refieren que la persona diagnosticada como borderline tiene un patrón de
inestabilidad en las relaciones interpersonales, de la autoimagen, los afectos y marcada
impulsividad que inicia en una edad adulta temprana y que se presenta en una
variedad de contextos. Para hacer el diagnóstico, continua, se requieren cinco
áreas de nueve:
· Esfuerzo terrible para evitar el
abandono real o imaginario
· Patrón inestable en las relaciones
caracterizado por extremos de idealización y devaluación
· Disturbios en la identidad
manifestados por problemas en la autoimagen y sensación de sí mismo
· Impulsividad en por lo menos dos áreas que son potencialmente dañinas: generalmente en
gastar demasiado, en el sexo, con substancias de abuso, conducir
atrabancada y arriesgada
· Comportamiento autodestructivo,
generalmente suicida o automutilación
· Inestabilidad emocional debido a una marcada reactividad sentimental
· Sentimientos crónicos de vacío y
aburrimiento
· Enojo inapropiado, intenso o sin
control
· Estrés por ideas paranoides transitorias que
están relacionadas con la tensión o a síntomas disociativos severos
Como veremos más adelante, estos
comportamientos se encuentran en algunas de las personas que han sido víctimas del abuso
sexual, sobretodo incestuoso. Y podemos relacionarlos con la injusticia y el abuso que vivieron, esas dificultades tienen una explicación muy distinta a la tradicional.
Briere
(1996) continúa diciendo que generalmente la personalidad borderline
es atribuída a una “pérdida objetal temprana” y a dificultades en el proceso de
“separación-individuación”. La mayoría de los teóricos, del desarrollo
borderline, continua Briere, como Kemberg, trazan el origen en una madre
disfuncional en los primeros años de la vida uno o dos años (generalmente los abusos que se reportan suceden alrededor de los 6 a 9 años) que debido a esta
relación inadecuada la niña queda
atrapada en un nivel pre-edípico donde no aprenden a tener relaciones
objetales sanas. Esto es muy injusto pienso yo porque si el abuso sexual es un antecedente común en personas diagnosticadas como borderline o limítrofe la agresión fue recibida por su padre no por la madre. Esto coincide con lo que Briere continua diciendo, que Freud estableció un precedente para las siguientes generaciones de terapeutas para no creer o dudar de lo que dicen sus consultantes.
Diversos investigadores del abuso sexual
refieren que el abuso sexual a temprana edad interfiere con la formación de
vínculos seguros; y que la utilización de estrategias de sobrevivencia, o los síntomas o manifestaciones como yo le llamo, son las que más tarde serán catalogadas como síntomas de borderline. En vez de verlas como respuestas o intentos para poder seguir adelante, como funciones adaptativas para disminuir la tensión son vistos como patología en la psicología tradicional.
En el incesto, la niña no puede establecer vínculos seguros porque su padre que debía cuidarla la traiciona al abusar de ella. Además, la mayoría
de los ofensores son masculinos, y no la llamada “madre disfuncional” que
refiere la psicodinamia tradicional. Los problemas de la autoestima son
entendibles pues si el agresor no valoró y apreció a la niña, ni siquiera la
tomó en cuenta, cómo va aprender a valorarse. además de todo lo que se dice socialmente de las experiencias sexuales en las mujeres. y la manera en que se les culpabiliza.
El comportamiento impulsivo muchas veces forma parte de los intentos para no pensar y recordar el abuso que vivieron. Y del comportamiento autodestructivo hablaré más adelante. El enojo desproporcionado tiene que ver con el enojo por haber sido víctimas, generalmente se responsabilizan de lo que pasó, se culpan y se enojan por no haberse defendido (lo cual no es cierto, las personas siempre hacen algo para protegerse, lo intentan aunque no funcione). A veces ese enojo se les sale de las manos y buscan consulta por sentirse muy agresivas con los hijos. Y luego con todo lo que cargan no es fácil ser pacientes, y encima se les tacha de "malas madres", lo cual es curioso porque a los varones, por muy violentos que sean o a pesar del incesto no cargan el título de "malos" padres, con la misma frecuencia e intensidad que las mujeres.
Y ese "patrón de las relaciones que varía entre idealización y devaluación" probablemente tiene que ver con los contextos sociales en que vivimos. Se les enseña a las mujeres que lo más importante es estar en pareja y es la relación a la que hay que aspirar, y a los varones se les enseña a la conquista, no es nada raro que en ese afán de tener pareja y con las dificultades que han tenido con el abuso, las mujeres se enganchen con quien les habla bonito. Además en una sociedad que dice que es mejor estar en pareja que sola porque estar sola parecería que es lo peor que le puede pasar a una mujer; las mujeres se quedan en relaciones por muy difíciles que sean para no estar solas o porque dejaron de trabajar cuando se casaron o embarazaron. También se les invita a perdonar ofensas con frecuencia, a esforzarse para que la relación funcione y a quedarse en la relación. Estos condicionamientos sociales pasan desapercibidos con mucha frecuencia.
Otros diagnósticos
comunes que reciben las personas que han vivido abuso sexual y/o físico en la
infancia además de el de borderline son
los de depresión, trastorno somatomorfo y personalidad múltiple (Herman 1997).
Este último quizá tenga que ver con otros factores sociales y culturales, es un
diagnóstico que con cierta frecuencia se hace en Estados Unidos o se
hacía. A mí en lo personal no me ha
tocado y sí lo he leído mucho (Herman 1997, Briere 1996, Phillips &
Frederick 1995 y otros).
El problema no es el diagnóstico, sino la
estigmatización que se hace y el no relacionar esos síntomas, manifestaciones o diagnóstico
con los efectos de la agresión recibida. Coincido con Dolan (1991) quien dice que “este diagnóstico no provee un
entendimiento de los síntomas en relación a la victimización, haciéndolo por lo
tanto, más difícil para que ocurran cambios terapéuticos.”
Briere (1996),
Curtois (1988), Dolan (1991), Herman (1997),
Kamsler (1998), Phillips & Fredreick (1995), White (2006), y mi
experiencia coincide, que, al relacionar el abuso, sus efectos, y al darse cuenta que la experiencia
traumática fue una injusticia, una agresión
que aun así no pudo destruir lo que es valioso para ellas, las personas
avanzan rápidamente, mejorando muchos de los aspectos de su vida.
Mi experiencia no coincide con lo que se dice de las personas que ponen ese diagnóstico de borderline o limítrofe y que dicen que son pacientes difíciles que rara vez salen adelante. He visto muchas mujeres que cuando trabajamos juntas desmintiendo las ideas que dominan y que el abuso les hizo creer, salen adelante. Sobretodo cuando hacemos hincapié en lo que es importante para ellas y en lo que la experiencia de abuso no pudo destruir como sus valores y convicciones, y lo que es importante para ellas.
Mi experiencia no coincide con lo que se dice de las personas que ponen ese diagnóstico de borderline o limítrofe y que dicen que son pacientes difíciles que rara vez salen adelante. He visto muchas mujeres que cuando trabajamos juntas desmintiendo las ideas que dominan y que el abuso les hizo creer, salen adelante. Sobretodo cuando hacemos hincapié en lo que es importante para ellas y en lo que la experiencia de abuso no pudo destruir como sus valores y convicciones, y lo que es importante para ellas.
Cuando empecé a escribir y a reunir información hace ya casi 10 años no se hablaba de esto, ahora (2024) se habla con más libertad, pero se sigue haciendo énfasis en lo dañada que está la persona, se hace una sola historia de su identidad, cuando hay muchas y ella puede decidir cual es la historia de su identidad preferida.
BRIERE J.: Therapy for adults molested as children. Springer Publishing Company 1996.USA
CURTOIS C.: Healing the incest wound. Norton & Company 1988. USA
KAMSLER A.:La formación de la imagen de si misma. Terapia con mujeres que sufrieron abuso sexual durante la infancia. En Terapia del Abuso Sexual. Durrant y White compiladores. Gedisa editorial 1993 Barcelona.
PHILLIPS M. &FREDERICK C. : Healing the divided self:clinical and Ericksonian hypnotherapy for post-traumatic and dissociative conditions. W.W. Norton & Company 1995, USA
BRIERE J.: Therapy for adults molested as children. Springer Publishing Company 1996.USA
CURTOIS C.: Healing the incest wound. Norton & Company 1988. USA
DOLAN
Y. Resolving sexual abuse: solution focused therapy and Ericksonian hypnosis
for adults survivors. Norton 1991 USA
HERMAN J.: Trauma and Recovery, the aftermath of violence-from domestic violence to political terror. Basic books 1997 USAKAMSLER A.:La formación de la imagen de si misma. Terapia con mujeres que sufrieron abuso sexual durante la infancia. En Terapia del Abuso Sexual. Durrant y White compiladores. Gedisa editorial 1993 Barcelona.
PHILLIPS M. &FREDERICK C. : Healing the divided self:clinical and Ericksonian hypnotherapy for post-traumatic and dissociative conditions. W.W. Norton & Company 1995, USA
WHITE
M.: Working with people who are suffering the consequences of multiple trauma:
a narrative perspective. En Trauma: Narrative responses to traumatic
experience. Edited by David Denborough. Dulwich Centre Publications 2006.
Australia
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