En 1896, continua Herman, Freud creyó que había encontrado la causa de la histeria y en su trabajo de “La etiología de la histeria”, reportó 18 casos y refirió: “En el fondo de cada caso de histeria hay una o más experiencias sexuales prematuras, sucedidas en la más temprana infancia y que se pueden reproducir por medio del trabajo de psicoanálisis a pesar de las décadas que hay de por medio. Pienso que es un hallazgo importante en el hallazgo de la neuropatología.” (Freud, citado por Herman 1997*).
Esta
publicación marcó el fin de esta línea de investigación. En un año Freud repudió en privado la teoría de las experiencias traumáticas como origen de la histeria. En sus cartas se hace claro su inquietud por las radicales implicaciones sociales de esta hipótesis. La histeria era tan común en las mujeres, que si sus historias eran ciertas y si su teoría resultaba correcta tendría que forzarse a concluir lo endémico de “actos perversos en contra de las niñas”, y no solo entre la clase proletaria de París, donde habían sido los primeros estudios sobre la histeria, sino que también sucedía entre las familias burgueses respetables de Viena, donde tenía establecida su consulta. La idea simplemente resultaba inaceptable.
Con este dilema, Freud dejó de escuchar
a sus pacientes femeninas, continua Herman y concluye su investigación de la histeria con el famoso caso
de Dora, que fue más un "combate emocional"* que una cooperación. En este caso Freud, aun reconoció la realidad de la experiencia de la paciente, la adolescente Dora a la cual su padre usaba y pasaba como juguete sexual a sus amigos. Dejó de validar los sentimientos de rabia y humillación y se centró en los sentimientos eróticos
de Dora como si la situación de explotación de su padre fuera consecuencia de su "deseo". Dora dejó el tratamiento y fue catalogada por
uno de sus discípulos como “la histérica más repulsiva que jamás haya visto".
Herman comenta que, Freud continuó y creó el psicoanálisis y la teoría psicológica
dominante del siguiente siglo se fundó en la negación de la realidad de las
mujeres. La sexualidad se mantuvo como
foco central de las investigaciones, pero el contexto social de explotación y
abuso en que sucedían las relaciones sexuales se volvió invisible. El psicoanálisis se volvió el estudio de las
vicisitudes internas de la fantasía y el deseo, disociados de la realidad de la
experiencia.** En la primera década del siglo XX Freud negó todo alegando que eran fantasías de sus pacientes, continua escribiendo Herman.
Con el movimiento feminista, las
mujeres empezaron a hablar de las violaciones que vivían Curtois (1988)
refiere que a raíz de esto las feministas redefinieron la violación como un crimen violento y
no como un acto sexual. En las
universidades y diversos lugares pusieron centros de crisis para ayudar a las
mujeres recién violadas. Con el tiempo
llegaban mujeres que hablaban de hechos sexuales violentos ocurridos en la
infancia y de los que jamás habían hablado con nadie. Algunas dijeron que no habían sido maltratadas sexualmente por hombres
desconocidos, sino por hombres que ellas conocían y que eran miembros de la
familia incluyendo padres, hermanos, tíos, abuelos y primos y para algunas de
ellas no había pasado y seguían atrapadas. Las personas en estos centros no
sabían qué hacer y aplicaban lo que a las violadas por extraños: que no tenían
la culpa, que hablaran de su experiencia y que buscaran ayuda para escapar, en
caso de que el agresor estuviera cerca de ellas o en su familia.
Sólo después de 1980 se vio claro
que el síndrome psicológico que vivían las sobrevivientes de violaciones,
violencia doméstica, e incesto, era
esencialmente el mismo que se veía en los sobrevivientes de guerra y tortura. Y aún al inicio de los 90s los estudiosos del abuso sexual (Curtois 1988,
Dolan 1991, Briere 1996, Herman 1992) están en el intento de explicar cómo el
desorden por estrés post traumático se aplica a los sobrevivientes de abuso
sexual. Me parece que ahora en el siglo XXI se le llama abuso sexual o violencia sexual, violencia intrafamiliar.
Yo en lo personal, no hago diagnósticos. Invito a que sean las personas a que le pongan nombre a su experiencia de tal manera que refleje más lo que vivieron. Algunas personas le llaman abuso, otras le llaman cochinada. finalmente en esta época se ha difundido más información al respecto y casi la mayoría le llama abuso. Lo importante para mi es que tenga significado para ellas.
Yo en lo personal, no hago diagnósticos. Invito a que sean las personas a que le pongan nombre a su experiencia de tal manera que refleje más lo que vivieron. Algunas personas le llaman abuso, otras le llaman cochinada. finalmente en esta época se ha difundido más información al respecto y casi la mayoría le llama abuso. Lo importante para mi es que tenga significado para ellas.
BRIERE
J.: Therapy for adults molested as children. Springer Publishing Company
1996.USA
CURTOIS
C.: Healing the incest wound. Norton & Company 1988. USA
DOLAN
Y. Resolving sexual abuse: solution focused therapy and Ericksonian hypnosis
for adults survivors. Norton 1991 USA
HERMAN
J.: Trauma and Recovery, the aftermath of violence-from domestic violence to
political terror. Basic books 1997 USA
*Cursivas de la autora
**Negritas mías
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